ROTURA DE LA PRESA DE VEGA DE TERA

El embalse de Vega de Tera fue un pequeño aprovechamiento hidroeléctrico español situado en el curso del río Tera a su paso por la comarca de Sanabria, construido entre 1954 y 1956 con calidad muy deficiente.

El embalse formó parte de un sistema más amplio de embalses y lagos artificiales unidos entre si por  canales, denominado Salto de Moncabril,  que surgieron de la necesidad de obtener fuentes de energía durante  los años mas duros del franquismo.
La escasez de presupuesto, la falta de control técnico y dirección de la obra, así como  medios mecánicos insuficientes,  hizo que esta construcción se realizara de forma muy deficiente y que la noche del 9 de enero de 1959, tras la rotura de la presa, tuviera lugar la tragedia de Ribadelago. El derrumbe de la presa liberó más de ocho millones de metros cúbicos de agua que se dirigieron hacia el cañón del río Tera y que, en su bajada, arrasó parcialmente el pueblo de Ribadelago, por lo que provocó la muerte o desaparición de 144 personas.  Esta catástrofe, tuvo lugar tan solo dos años después de la finalización de la construcción de la presa. La rotura de la presa de Vega de Tera es el episodio más negro de la España de los pantanos de Franco. Solo dos años antes, el dictador había bendecido el embalse y la central hidroeléctrica que gestionaba la empresa Moncabril.  El NODO dedicó uno de sus noticieros a elogiar las enormes turbinas y el gran beneficio que ese pantano iba a suponer para la producción eléctrica nacional, muy mermada todavía en aquellos años de miseria previos al desarrollismo.

La historia recuerda a la leyenda del Lago de Sanabria, un kilómetro aguas abajo de Ribadelago viejo, del que se dice que existe un pueblo hundido en el fondo llamado Valverde de Lucerna. La leyenda cristiana  cuenta que un peregrino llegó a la aldea en una noche fría, con lluvia y viento, pidiendo limosna y únicamente consiguió  cobijo y alimento de unas panaderas. Ante la situación, el peregrino les reveló que era Jesucristo y que debían huir a la montaña, ya que iba a castigar al pueblo con una enorme riada ante su falta de caridad. No solo amenazó con una riada sino que añadió que el pueblo sería destruido tres veces por los tres elementos: agua, tierra y fuego.  De este modo, Valverde de Lucerna desaparecería en las profundidades de lo que se convertiría en el Lago de Sanabria, algo similar a lo que ocurrió en Ribadelago aquel fatídico 9 de enero de 1959.  Miguel de Unamuno en algunos de los versos del prólogo de su novela inspirada en la legendaria Valverde de Lucerna, San Manuel Bueno, Mártir, escribió  casi treinta años antes de la tragedia: “Servir de pasto a las truchas es, aun muerto, amargo trago; se muere Riba del Lago, orilla de nuestras luchas”.

Este es el estado actual de la presa, prácticamente como quedó el día fatídico de su rotura. Como se puede ver en esta imagen prácticamente cedió mas de la mitad del muro de contención. 

Solo queda una pequeña cantidad de agua embalsada que se usa para regular el caudal del río desde el punto de vista medioambiental.

Supervivientes de la tragedia,  que ha cumplido ya  65 años,   han entendido que es un acto de justicia la apertura este pasado mes de agosto de 2024,  de un Museo de la Memoria que recuerda lo sucedido.

Ahora, tantos años después, se acaba de inaugurar un espacio dedicado a esta tragedia:

MUSEO DE LA MEMORIA - RIBADELAGO

 Está ubicado en la Plaza España nº 3 de Ribadelago Nuevo, en un edificio construido como dotación del nuevo pueblo y futura sede del Ayuntamiento, pero que nunca ha tenido uso como tal ya que Ribadelago pertenece al Ayuntamiento de Galende y por tanto no dispone de este servicio. Para consultar horarios llamad al Ayuntamiento de Galende al 980626755.

El Museo ha estado abierto hasta primeros de octubre y atendido por miembros voluntarios de la Asociación Hijos de Ribadelago, que es la propietaria del material gráfico expuesto.

Siguiendo una secuencia cronológica se puede apreciar  a través de fotos de la época y recortes de prensa, la magnitud de la tragedia, los daños producidos y las personas que tuvieron la fortuna de salvarse. Algunos ejemplos:

Es una exposición que merece la pena ver para entender la vida tan dura difícil  en la llamada ahora España Vaciada  hace 65 años,  en una de las zonas más deprimidas económicamente de toda la península, pero también de una belleza imponente.